Ministros y ministras de
Desarrollo Social de América Latina y el Caribe se reúnen en Lima (Perú), para
discutir cómo continuar reduciendo la pobreza y la desigualdad a pesar de la
desaceleración económica, en un momento en que los países empiezan a poner en
práctica los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por los
líderes mundiales en septiembre de 2015.
Las autoridades de la región
participarán hasta el miércoles en la Conferencia Regional sobre Desarrollo
Social de América Latina y el Caribe, una de las primeras reuniones de alto
nivel orientadas al desarrollo social en la región después de la adopción de
los ODS. La conferencia es convocada por la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL), el gobierno de Perú y el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"El crecimiento económico
por sí solo no va a reducir la desigualdad", dijo el presidente del Perú,
Ollanta Humala, en la apertura de la conferencia. “Para erradicar
verdaderamente la pobreza debemos ir más allá de los aspectos de ingresos,
centrándonos en las evaluaciones multidimensionales que ayudan a no dejar a
nadie afuera”.
Después de una década de
crecimiento económico y reducción de la pobreza, que significó que se sumaran
92 millones de personas a una clase media emergente entre 2003 y 2013, la
región se enfrenta a tasas de crecimiento más lentas y a un aumento en el
número de pobres. En este contexto, en el primer día del encuentro los
participantes discutieron cómo convertir la recién acordada Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible - incluyendo los ODS - en una realidad, lo que requiere
nuevas formas de pensar y asumir retos complejos, como la exclusión y la
desigualdad.
"Una característica de la
Agenda 2030 es su determinación de no dejar a nadie atrás", señaló, por su
parte, la Administradora del PNUD, Helen Clark. "Esta llamada demanda que
trabajemos juntos para identificar y abordar las raíces profundas de la
exclusión, en esta región y en otras. La erradicación de la pobreza sólo se
logrará cuando realmente invirtamos en las personas. El crecimiento tiene que
ser a la vez incluyente y sostenible.”
“América Latina y el Caribe aún
no ha adoptado una agenda de transformación social que favorezca el cambio
desde una cultura del privilegio a un entorno en el que la igualdad de derechos
suscite un sentido de pertenencia a una sociedad más integrada”, planteó la secretaria
ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, quien enfatizó que las estrategias de
superación de la pobreza deben considerar tres ejes fundamentales:
transferencias de ingresos para el alivio inmediato de las carencias; acceso a
servicios públicos de calidad; e inclusión laboral y productiva.
Durante la conferencia, la CEPAL
presentará a los ministros y ministras los principales resultados del estudio “Desarrollo
social inclusivo: Una nueva generación de políticas para superar la pobreza y
la desigualdad en América Latina y el Caribe”, que identifica progresos y
desafíos y entrega diversas recomendaciones de política. Uno de los avances
destacados en el informe es el aumento del gasto público social en la región,
que pasó del 13.8% del PIB en 1990 al 19.1% en el 2013.
A pesar del progreso
significativo en la reducción de la pobreza en la última década, casi 167
millones de personas en América Latina y el Caribe aún viven en la pobreza,
según la CEPAL. La mayoría reside en zonas rurales con acceso limitado a los
niveles más altos de educación y formación profesional. Las mujeres se ven
desproporcionadamente afectadas; alrededor del 35 por ciento de los pobres
viven en hogares encabezados por mujeres, según datos que serán publicados en
el próximo Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD para América Latina y el
Caribe sobre progreso multidimensional, que ofrecerá herramientas de política
esenciales para una región con un legado de discriminación basado en la clase,
raza y género.
“Tan fuerte como la política
económica debe ser la política social”, dijo Paola Bustamante, ministra de
Desarrollo e Inclusión Social del Perú (MIDIS). “Esto incluye inversiones en
salud, educación y transporte, con énfasis a las distintas necesidades de
mujeres y hombres en distintas etapas de la vida.”
La ministra también señaló que el
desarrollo social significa garantizar que la distribución económica sea
equitativa, que exista la inversión necesaria para que todas y todos los
ciudadanos tengan acceso a los mismos servicios de calidad y las mismas
oportunidades de desarrollo.
La adopción de enfoques
multidimensionales de reducción de la pobreza y de medidas de bienestar más
allá de la medición por ingresos es uno de los temas que analizarán las
autoridades de la región durante el encuentro. Esto incluye mejorar la
educación, la protección social, aumentar la oferta de empleo de calidad (lo
que es crucial para una región con un alto número de trabajadores en el sector
informal) y la adquisición de activos básicos, además de mejorar la atención de
salud y las condiciones generales de vida. Los ministros y ministras también
discutirán cómo incluir estos enfoques alternativos en una nueva generación de
políticas públicas para la era del desarrollo sostenible.
Se espera, además, que los
representantes aborden los desafíos de los países de ingresos medios y los
Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, según sus siglas en inglés) en
la Agenda 2030, incluyendo la necesidad de aumentar la resiliencia o la
capacidad de absorbershocks, como catástrofes naturales o crisis
económicas, sin grandes retrocesos económicos, sociales y ambientales.
La Conferencia Regional sobre
Desarrollo Social de América Latina y el Caribe fue creada en 2014 durante el
último período de sesiones de la CEPAL realizado en la capital peruana, y
resulta además de la alianza estratégica con el PNUD, dando así continuidad a
siete años consecutivos de Foros Ministeriales para el Desarrollo en la región.
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