jueves, 24 de febrero de 2022

ÁNGELES Y DEMONIOS EN UCRANIA

Por César Sánchez Martínez / LIMA

El mundo está conmovido por el ataque ruso a Ucrania. Los Estados Unidos acusa a la administración Putin de querer anexar a su territorio cierta región fronteriza de Ucrania y eso es verdad. Por su parte Rusia niega esta realidad y sostiene que sólo está “defendiendo” a una región del imperialismo norteamericano y sus aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza que prioriza la defensa de algunos de sus miembros cuando sea atacado por un enemigo externo.

Lo cierto es que ambos países, Rusia y los Estados Unidos, son imperialistas, defensores e invasores al mismo tiempo. Olvídense del “comunismo ruso”. Eso no existe en este asunto. Aquí la cosa es por mantener el poder político, económico y militar.

UNIÓN SOVIÉTICA

Si hacemos un poco de historia, Ucrania fue miembro de la entonces URSS (Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas) que existió desde 1922 hasta 1991. La URSS, llamada también Unión Soviética, era un estado federal compuesto por 15 repúblicas, hoy países soberanos e independientes.

Esas repúblicas eran Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Turkmenistán, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán y Rusia. Obviamente, la república más influyente era Rusia, siendo su capital Moscú, también capital de toda la URSS, pero sus ciudades principales en esa época eran Leningrado (llamada hoy San Petersburgo) y Kiev (actual capital de Ucrania).

GAS Y CRIMEA

El conflicto entre Ucrania y Rusia no es nuevo. Ya en 2014, hubo un conflicto que terminó con la anexión de la península de Crimea, que era parte de Ucrania, a suelo ruso. La disputa por esta tierra fue estratégica. Posee gas natural, que les interesa tanto a Rusia como a los EE.UU. Obviamente, esa anexión contó con el aval de algunos grupos separatistas ucranianos que decidieron pertenecer al territorio ruso, mediante referéndum.

La península de Crimea está ubicada en el Mar Negro, siendo un lugar estratégico para controlar todo el comercio internacional en la zona. Los países que tienen costas en el Mar Negro son Rusia, Georgia, Bulgaria, Rumania, Turquía y Ucrania.

Solamente Moscú cubre el 40% del gas que se exporta a Europa, sin contar otras regiones rusas, en este caso Crimea y otras zonas gasíferas.

EL CONFLICTO

Es importante destacar en Ucrania existen grupos separatistas que desean pertenecer a Rusia, como lo eran cuando existía la Unión Soviética. Otra parte de la población, busca formar parte de la Europa Occidental e integrar la OTAN. De lograrse ese objetivo, cualquier ataque a Ucrania, implicaría que los miembros de la alianza salgan en defensa de su aliado, generando un conflicto bélico mayor entre la OTAN y Rusia.

La OTAN es un pacto militar iniciado por los Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, como resultado de la Segunda Guerra Mundial y la amenaza soviética en 1949, cuando se inició lo que se llamó la “guerra fría”. Cinco países del G-7, no contando a Alemania y Japón, naciones que fueron derrotadas en la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, con el transcurrir de los años, en la actualidad la OTAN está integrado por 30 países y desde sus inicios también fue formado por Bélgica, Noruega, Dinamarca, Portugal, Islandia, Países Bajos y Luxemburgo.

Tres años después, en 1952 ingresaron Grecia y Turquía, y en 1955 lo hizo Alemania, entonces República Federal de Alemania (No la República Democrática Alemana).

España lo hizo en 1982; y en 1999 hicieron lo propio República Checa, Hungría y Polonia. Ya en 2004 ingresaron a la alianza militar las nuevas naciones ex soviéticas Estonia, Letonia y Lituania, también Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia y Rumanía.

Los penúltimos en ingresar a la OTAN fueron Albania y Croacia en 2009; Montenegro en 2017; y Macedonia del Norte en 2020, en plena pandemia del coronavirus.

Por esa razón, es muy complejo afirmar que una potencia defiende a Ucrania y la otra ataca. Ambas potencias, buscan defender sus propios intereses económicos y militares en esa nación, aprovechando a la población que está dividida socialmente.

Existen grupos separatistas a favor de Rusia, y otros que se inclinan por pertenecer a Europa y formar parte de la OTAN.

Lo que sí queda en claro es que, si el conflicto se agrava y no hay solución en el corto plazo, se elevará el costo de vida en todo el mundo. Los alimentos básicos y energía podrán subir de precios, generando inestabilidad en la economía mundial. En una guerra nadie gana, todos pierden.

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