Por
César Sánchez Martínez / LIMA
La
iglesia evangélica en el Perú, presentó el libro “Paz y Esperanza: 40 años
después”, documento histórico compilado por el Pr. Pedro Arana Quiroz, obra que
relata la violencia política que sufrió ese grupo religioso en el llamado
trapecio andino del Perú, especialmente en la región de Ayacucho, a partir de
los años ochenta hasta los últimos del siglo pasado.
Por
un lado, la iglesia sufrió los abusos que realizaron malos policías y militares,
aprovechando la situación legal de la zona, que tenía suspendidas las garantías
constitucionales; y por el otro lado, los abusos también, de militantes de la
organización criminal “Sendero Luminoso”, que lideró el fenecido Abimael Guzmán
Reynoso, líder intelectual de los llamados terroristas, de orientación
maoísta-leninista.
¿Por
qué 40 años? El pasado 1 de agosto se cumplieron los primeros 40 años de la
matanza de Callqui. Efectivamente, el 1 de agosto de 1984, aproximadamente unos
15 infantes de marina, en su afán de encontrar posibles militantes del grupo
extremista “Sendero Luminoso”, ingresó a la Iglesia Evangélica Presbiteriana del
caserío de Callqui (Huanta, Ayacucho) y asesinó (ejecución extrajudicial) a
seis miembros de esa congregación religiosa. Días antes, integrantes de Sendero
Luminoso había asesinado, también, a seis miembros de la Iglesia Pentecostal.
Eso
originó que el CONEP creara la Comisión Paz y Esperanza en 1984 que funcionó
hasta 1987, para luego formar el Departamento de Acción y Servicios Sociales “Paz
y Esperanza” hasta 1995, para finalmente convertirse en la Asociación Paz y
Esperanza, adscrita al Concilio Nacional Evangélico del Perú.
Pero,
esa no fue la única razón para que Paz y Esperanza se creara, sino otras tantas
acciones contra la iglesia evangélica por parte de algunos malos militares y Sendero
Luminoso. En esos años, el gobierno había formado el Comando Político-Militar
con sede en el cuartel “Los Cabitos” que controlaba toda esa jurisdicción del
llamado trapecio andino, comprendido por los departamentos de Ayacucho,
Huancavelica, Apurímac y Junín. Aunque la violencia política se extendió a todo
el país, incluyendo a la capital Lima, y en los últimos años, en alianza con
grupos narcotraficantes.
El
pastor presbiteriano Pedro Arana, quien fue miembro de la Asamblea Constituyente
que elaboró la Carta Magna de 1979, y un conjunto de escritores, testigos de
muchos hechos contra la iglesia evangélica, forman parte de este libro, que en
la práctica es un documento histórico, no solamente para la iglesia, sino para
todos los peruanos que buscan entender la realidad del país en esos años. Su
lectura es una forma de aprender a interpretar la realidad del Perú y América
Latina.
Entre
los autores de la obra están: Vicente Saico, Miguel Ángel Palomino, Rubén Tito
Paredes, Walter Anaya, Jorge Saavedra, Hans de Groot, Apolos Landa, Silas
Santiago, Víctor Carbajal, Noé Juárez, Carmela Vise, Amadeo Torres, Zenaida
Góngora, John Maust y Esteban Cuya Yuyalé.
Los
alzados en armas siempre manifestaron que el origen de la subversión era la
pobreza del país. Ante esa realidad, Arana dijo: “La violencia no es el camino
para redimir a los pobres, sea de izquierda o derecha…Estamos llamados a buscar
la reconciliación de todos”.
La
presentación del libro tuvo como comentaristas al Dr. Rubén Tito Paredes, uno
de los autores del libro, y el presidente del CONEP, Eduardo Concha Maura.
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